Reportajes
Vivir en Tijuana junto al muro fronterizo
El vecino de Esther Arias está construyendo una cerca nueva -muy alta- y la construcción le ha cobrado factura.
El vecino de Esther Arias está construyendo una cerca nueva -muy alta- y la construcción le ha cobrado factura.
Después de asumir al cargo, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pronunció un discurso en el Congreso el 1 de diciembre en el que cubrió todos los puntos importantes de su política para poner primero a México.
A unas cuadras de un albergue donde se hospedan migrantes centroamericanos que viajan en caravana se encuentra el primer restaurante haitiano que abriera sus puertas en Tijuana: un comedor animado que se ha vuelto un símbolo de éxito para los inmigrantes llegados a esta ciudad fronteriza mexicana.
El rechazo de los habitantes de Tijuana contra los migrantes que han llegado a la ciudad fronteriza con Estados Unidos se multiplica cada día, en medio de manifestaciones contra su presencia en los que se escuchan gritos de "Fuera invasores" y "Aquí no los queremos".
Los inmigrantes centroamericanos recién llegados a Tijuana enfrentaron por primera vez en su largo trayecto de miles de kilómetros reacciones de xenofobia y odio de habitantes locales que no habían sufrido hasta ahora, en un ambiente de máxima tensión.
Una serie de caravanas de migrantes centroamericanos con destino hacia Estados Unidos podría enturbiar el acercamiento entre el próximo líder de México y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha criticado la migración ilegal para dinamizar su base electoral.
La economía, la inmigración y la polarización política son algunos de los temas en la mente de los votantes el día de las elecciones de medio turno en Estados Unidos. Aquí una muestra de estadounidenses y sus opiniones.
Uno por uno, de a cinco por tumba, los ataúdes eran enterrados en la tierra roja de este rincón de un cementerio sudafricano mal mantenido. La inscripción en la madera barata revela la anonimidad de estos muertos: "Desconocido B/Hombre".
Día y noche piensa en su hijo de 8 años, Byron, a quien no ha visto desde mayo, cuando Pablo y el niño cruzaron de manera ilegal de México hacia Estados Unidos. Las autoridades migratorias estadounidenses los detuvieron y los separaron; el padre fue deportado a Guatemala y el menor fue enviado a un albergue en Texas.
Casi inmediatamente después de que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el cargo, su gobierno empezó a sopesar una medida que por años se había catalogado como la "alternativa nuclear", para disuadir a los inmigrantes de ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Tras unas semanas en las que intentaron emprender unos trámites que no terminaban de despegar -todo era "demasiado lento"-, Donaldo decidió sumarse al viacrucis, con el anhelo de alcanzar Misisipi, donde les esperan otros familiares ya asentados.
Tres millones de migrantes mexicanos repatriados de Estados Unidos desde los tiempos del ex presidente Barak Obama están la deriva y son vistos con suspicacia por sus propios compatriotas bajo la sospecha de que tienen antecedentes criminales.
Muchas familias aquí dependen de las remesas que sus familiares les envían desde el Norte para pagar medicinas para los ancianos y útiles escolares para los jóvenes. Sus familiares en Estados Unidos usan el dinero que ganan para financiar una feria en el pueblo cada septiembre.