El Castigo del Avaro
Erase un hombre muy rico, pero también muy avaro. Un día acudió a la feria, donde le ofrecieron un jamón muy barato. Se, lo compro! Después de todo, hago un negocio, pues con ese dinero ni patatas hubiera adquirido.
Erase un hombre muy rico, pero también muy avaro. Un día acudió a la feria, donde le ofrecieron un jamón muy barato. Se, lo compro! Después de todo, hago un negocio, pues con ese dinero ni patatas hubiera adquirido.
La princesa entonces, mirando a su padre, ordenó que trajeran sal. Y el anciano rompió a llorar, pues en aquel momento comprendió cuánto le amaba su hija menor y lo mal que había sabido comprenderla.
Y juntos estaban cuando, en medio de una espantosa ráfaga de viento, llego el aguilucho que les dijo: Si me dejáis apoderarme del lobo os daré una bolsa de oro. Será suficiente si llenas una de mis botas. Dijo el pato que era muy astuto.
El niño, arrastrado por oleadas infantiles, vivía estas escenas y participaba con los demás en los improvisados juegos de la fuente. En su memoria se fueron acumulando las imágenes que veía. A veces, inconsciente, contemplaba cómo las mujeres arrimaban sus cántaros a los chorros de agua.
Aprendi que la vida puede cambiar en un instante. Intelectualmente, todos sabemos esto, pero creemos que las desdichas les pasan a otros. Asi, pues hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo tan real que pareciera que ya ocurrio.
Lo que aprendí de Bernie es que ser rico es un estado de ánimo. Algunos de nosotros, al margen de cuánto dinero tengamos, nunca seremos lo bastante libres como para comer sólo el corazón de la sandía.
Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Pensó, qué tipo de comida podía haber allí. Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones.
Un día un niño vio como un elefante del circo, después de la función, era amarrado con una cadena a una pequeña estaca clavada en el suelo. Se asombró de que tan corpulento animal no fuera capaz de liberarse de aquella pequeña estaca.
Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante, las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus departamentos, a excepción de un niño de 8 años.
Si yo hubiera nacido en cuna de oro... Si mis padres fuesen más inteligentes... Si yo ganase la lotería... Si no hubiese tanta gente acaparando mi vida... Si yo consiguiera un diploma sin tener que estudiar...
Quizás en la carretera de tu vida algún "loco" como le llaman, te ha obstaculizado el paso para darte un tratado o decirte: Cristo te ama, Cristo viene, y te has enojado sobremanera porque vas MUY APRISA.
Había una vez, una muchacha cuya madre había muerto y que tenía una madrastra que era muy cruel con ella. Un día en que la muchacha estaba llorando junto a la tumba de su madre, vio que la tierra de la tumba salía un tallo que había crecido hasta hacerse un arbolillo.
He convivido con PERSONAS, algo que normalmente escasea. Si ustedes quieren juzgar a todos aquéllos que han salido de la cárcel, o que son gays, prostitutas o enfermos de sida, que sepan que dentro de cada una de ellos existe una persona que merece las mismas oportunidades.
El nuestro es un mundo donde la tecnología se impone. La meta es estar a la vanguardia en todo. Se trata de aplicar al máximo la ley del mínimo esfuerzo. Se busca lo fácil, lo cómodo y confortable.
Natalia Fedorova Brovskaja, profesora de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades y de la Academia Rusa de Bellas Artes ilustró a los obispos el fecundo testimonio de lectura espiritual de la Biblia.
El maestro entró entonces con una sonrisa de oreja a oreja: "de todas las grandes armas, la Paz es la que más me gusta. Todos se ponen de su lado tarde o temprano". El joven guerrero sonrió. Verdaderamente, en aquella escuela había conocido armas mucho más poderosas que todas las anteriores.
Al oír esas palabras �prosiguió la monja en su declaración� el demonio gritó más fuerte: �¡María, María! ¡Para mí no hay María! ¡No pronunciéis ese nombre, que me hace estremecer! ¡Si hubiera una María para mí, como la que hay para vosotros, yo no sería lo que soy!.
Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, y salió del cine casi bailando. Estaba contento porque ya sabía a qué se iba a dedicar: sería esa ayuda que necesitan quienes tienen menos suerte, ¡sería creador de finales felices!.
Hay gente generosa, aunque da sólo para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien.
Hemos de vivir la vida, estar centrados en lo que toca en cada instante, y "sentir" el momento presente como la única cosa existente, sin pensar en lo que pasó ni en lo que vendrá.
Orgulloso de su trabajo, se presentó en palacio, donde se encontró con las celebraciones por la próxima coronación de su hermano como rey. Le contaron que había tardado sólo un año en construir el acueducto del Sur, y que lo había hecho sin apenas soldados ni dinero.
"Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra". El pescador respondió: "¿Acaso eso no es lo que tengo ya?".
"Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que por eso se consideraba el hombre más feliz del mundo.
La barca se hizo pedazos y el pescador cayó al agua tratando de mantenerse a flote. Pero el mar quería llevárselo con él y le empujaba hacia el fondo y le lanzaba olas enormes, tratando de engullirlo mientras el pescador resistía con todas sus fuerzas.
Una antigua leyenda noruega nos habla de un hombre llamado Haakon, que cuidaba una ermita. A ella acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro.
Pese a ser una habitación minúscula, tenía una ventana que miraba al mundo. A uno de los hombres, como parte de su tratamiento, se le permitía sentarse en la cama durante una hora por la tarde -algo relacionado con la extracción de líquido de sus pulmones.
Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas, mientras ella se esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero.
Junto al príncipe merodeaban nerviosos guerreros de un aspecto estremecedor. En una esquina, se encontraba un personaje con un martillo. Sus golpes eran contundentes, tenía una fuerza portentosa. Sus sorpresivos ataques eran de una efectividad sorprendente.
"Lo maravilloso de cuando se pierde es que solamente nos queda Dios". Acostúmbrate a bendecir en vez de maldecir o decir malas palabras y verás que las cosas se transforman. Di a todas las cosas y a todas las personas, no importa lo que sean, hagan o digan: "Dios te Bendice".
Sus manos temblaban mientras dejaba la carta sobre la mesa. "¿Por qué querría el Señor visitarme a mí? No soy nadie especial. No tengo nada que ofrecer". Con este pensamiento, Ruth recordó los estantes vacíos de la cocina.
Cuando aprendas a reconocer a Dios en todas las pequeñas cosas que ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Dios te da todos los días sin que tú se los hayas pedido.
Había una vez un matrimonio que vivía junto a la casa de la Maga Violenta. La mujer estaba esperando un niño. Ella y su marido estaban muy contentos al pensar en el hijo que iban a tener. La mujer solía asomarse a la ventana y mirar hacia el jardín de la maga Violenta.
"Pequeña" dije, "me recuerdas a un ángel, dulce e inocente". Me miró y sonrió. Se puso lentamente de pie y dijo: "¿De veras?" "Sí, pareces un pequeño Ángel de la Guarda enviado para velar por toda esta gente que pasa por aquí".
Existía, y quizá siga existiendo, un maravilloso reloj astronómico en la catedral de Estrasburgo. Fue construido hace varios siglos. Señala los días, meses y años; las fases de la luna y el movimiento de los astros