El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken se reunió el miércoles con el presidente chileno Gabriel Boric en la primera actividad de una visita oficial para abordar temas relacionados con la crisis migratoria, la seguridad regional y la mitigación del cambio climático.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participó este martes en un culto con evangélicos, a los que les pidió "no dejarse llevar por los cantos de sirena" del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre.
Con el 99,9 % de los votos escrutados, el exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva resultó el candidato más votado al obtener el 48,4 % de los sufragios, frente al 43,2 % que logró el actual gobernante, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Bolsonaro recibió el apoyo de los gobernadores de tres estados surorientales de Brasil, la región más rica y poblada del país: Romeu Zema, en Minas Gerais y Claudio Castro en Río de Janeiro, quienes fueron reelegidos el domingo, y de Rodrigo García, en Sao Paulo, quien no logró repetir en el cargo.
Blinken también se reunirá con jóvenes emprendedores locales favorecidos por un programa de capacitación estadounidense y luego volará a Perú, donde encabezará la delegación de su país a la asamblea general de la Organización de Estados Americanos.
Analistas políticos aseguran que ahora Bolsonaro intentará aprovechar un desempeño sorprendentemente sólido de la derecha en general para conseguir el apoyo de políticos que buscan alianzas que les favorezcan, mientras que Lula —que ganó la primera ronda— recurrirá a los moderados.
Durante meses, encuestadores y analistas habían dicho que el presidente Jair Bolsonaro estaba destinado al fracaso. Se enfrentaba a una desventaja amplia e inquebrantable en la contienda presidencial de Brasil, y en las últimas semanas, las encuestas habían sugerido que incluso podría perder en...
En la mayoría de las democracias, los ciudadanos acuden a las urnas. Pero en la escasamente poblada región amazónica de Brasil, las urnas a menudo van a los votantes.
Los dos principales candidatos a la presidencia de Brasil se verán las caras en una segunda vuelta luego de que ninguno de ellos logró suficientes votos el domingo en unas elecciones que decidirán si el país vuelve a poner a un izquierdista al timón de la cuarta democracia más grande del mundo...
Las elecciones en Brasil ofrecieron al mundo un nuevo ejemplo de sondeos poco acertados, después de que el actual presidente, Jair Bolsonaro, superase con creces las expectativas para demostrar que la corriente de ultraderecha que le llevó al gobierno sigue teniendo fuerza.
El duelo, que comenzó con la apertura de urnas a las 8:00 de la mañana de Brasilia, enfrentaba al actual presidente, Jair Bolsonaro, contra su némesis política, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Había otros nueve candidatos, pero su apoyo estaba muy por detrás de los de Bolsonaro y Lula.
Rusia vetó el viernes una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que habría condenado los referéndums, declarado que no tenían validez y llamado a todos los países a no reconocer la anexión. China, India, Brasil y Gabón se abstuvieron en la votación del consejo de 15 miembros.
Decenas de millones de brasileños permanecieron pegados al televisor la noche del jueves para el último debate presidencial antes de las elecciones del domingo.
En una carta abierta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a su vicepresidente, Josep Borrell, los Verdes-Alianza Libre Europea y algunos eurodiputados socialdemócratas dijeron que Bolsonaro ha atacado consistentemente el sistema electoral de Brasil.
Los brasileños acuden el próximo domingo a las urnas en unas elecciones envueltas en un inédito clima de tensión, alimentado por las dudas que ha sembrado el presidente Jair Bolsonaro, que se presenta a la reelección, sobre si reconocerá la eventual derrota que le vaticinan todas las encuestas.
Desde mayo, no obstante, varias encuestas indican que muchos evangélicos que apoyaban a Lula se pasaron ahora a Bolsonaro, un giro que muchos atribuyen a la campaña del presidente que pinta a Brasil como un país espiritualmente enfermo, que solo puede ser salvado por la fe cristiana.
Anteriormente en la campaña, un partidario de Bolsonaro asesinó a un funcionario local del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Lula, durante un incidente en la ciudad de Foz de Iguazú, y los simpatizantes de Bolsonaro y Lula han protagonizado otros enfrentamientos de menor gravedad.
Isabel Caballero, una cubana de 96 años, dijo que, después de que las fuerzas de Fidel Castro derrocaron al dictador Fulgencio Batista en 1959, se alentó a los cubanos a registrar sus armas y que luego las autoridades fueron de puerta en puerta, pidiendo a la gente que entregase sus armas.
Los candidatos favoritos para las elecciones presidenciales de Brasil pasaron el fin de semana previo a la votación del 2 de octubre en varios eventos en los principales estados del país, mientras intentan convencer a los aún indecisos.
Las mujeres que votan por Bolsonaro suelen ser cristianas evangélicas que apoyan los valores familiares conservadores y tradicionales, y que desprecian la agenda feminista, dijo Deysi Cioccari, profesora de ciencias políticas en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo.
