El presidente de China, Xi Jinping, y el de Siria, Bashar al Asad, acordaron este viernes "una colaboración estratégica" entre sus países, un espaldarazo para el régimen sirio debilitado internacionalmente y que busca fondos para la reconstrucción.
China dijo el jueves a dirigentes de todo el mundo que se considera parte del Sur Global, asegurando que se identifica con los objetivos y desafíos de las naciones menos desarrolladas a las que ofreció una alternativa a lo que define desde hace tiempo como la “hegemonía occidental”.
Esta es además la primera vez que Al Asad viaje a China desde el estallido de la guerra civil siria en 2011, aunque antes del conflicto sí había visitado esta nación, que a juicio de los expertos está interesada en potenciar su influencia en Siria y otros países cercanos de Oriente Medio.
A Kulwinder Singh —que maneja una tienda en la ciudad de Amritsar en el Punyab, en la cual se encuentra el sitio más sagrado para los sijs— le preocupa que las tensiones pudieran tener “un impacto adverso sobre nuestros estudiantes y trabajadores que viven en Canadá”, declaró.
Torres Mejía, poeta y escritora, fue nombrada en diciembre de 2018 como nueva embajadora de Nicaragua ante el Gobierno de la Federación de Rusia. La diplomática también es embajadora concurrente en otros ocho países de la región euroasiática, incluido ahora Azerbaiyán
China será el tercer país no árabe que Asad visita desde 2011. Antes viajó a Rusia e Irán, sus dos grandes aliados. Pekín dio apoyo internacional a Siria, en particular en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde se ha abstenido varias veces de votar resoluciones contra el país.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy declaró el martes a los líderes mundiales reunidos en Naciones Unidas que Rusia está “usando como armas” a los alimentos, la energía y los niños secuestrados.
El presidente estadounidense Joe Biden declaró el martes ante la Asamblea General de la ONU que el mundo debe permanecer unido en la defensa de Ucrania contra la agresión rusa, advirtiendo que ninguna nación puede estar segura si “permitimos que Ucrania sea dividida”.
La reunión anual de la Asamblea General de la ONU que congrega a los mandatarios de distintos países ya está aquí, y con ella una serie de acrónimos, abreviaturas, títulos y términos que pueden ser confusos para los observadores.
Los gobernantes de un mundo fracturado por la guerra, el cambio climático y la desigualdad persistente escucharon el martes el llamado del jefe de las Naciones Unidas a tomar medidas frente a los grandes retos de la humanidad y a que presenten sus propias evaluaciones.
“Brasil ha vuelto” ha sido el lema de Luiz Inácio Lula da Silva durante la mayor parte de este año, en el que el presidente ha presentado a Brasil -y a sí mismo- como líder del Sur Global, que ya no se conforma con el funcionamiento anticuado del mundo.
Ambas partes describieron las conversaciones como francas, sustanciales y constructivas en un intento de estabilizar su accidentada relación y gestionar sus diferencias sobre seguridad, comercio, tecnología y derechos humanos. No se publicaron detalles específicos sobre las conversaciones.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula, exhortó el sábado a los países pobres a trabajar unidos ante las grandes transformaciones en marcha a nivel global durante la segunda y última jornada de una Cumbre de centenares de naciones en desarrollo reunidas en Cuba.
Durante la entrevista, Milei también criticó duramente al papa Francisco, quien es su compatriota. Afirmó que “tiene afinidad por los comunistas asesinos” y que apoya a “dictadores” como los presidentes de Cuba y Venezuela. “Está del lado de las dictaduras sangrientas”, manifestó Milei.
Con el reclamo del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de lograr un mundo más justo para los países en desarrollo comenzó el viernes en Cuba una cumbre de representantes de más de un centenar de Estados.
La cumbre, en la que participan una treintena de jefes de Estado y más de un centenar de delegaciones, supone según muchos expertos un éxito diplomático de La Habana, aunque también un enorme reto logístico y económico para la isla, en medio de una profunda crisis multidimensional.
Otros problemas estructurales de Cuba serán más difíciles de reparar. Como el precario Sistema Eléctrico Nacional (SEN), con apagones crónicos, que amenaza con convertirse en fuente de preocupación para los anfitriones tras los recientes fallos en varias centrales termoeléctricas.
Más de un centenar de jefes de Estado y representantes de países en desarrollo se darán cita en Cuba este viernes y sábado para una cumbre que según los organizadores busca hacer escuchar la voz de las economías más pobres del planeta en temas como la deuda externa y la cooperación.
En Shandong, Maduro se reunió asimismo con el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Provincial, Lin Wu, y declaró en X que se dieron "pasos para un hermanamiento" entre esta región y los estados venezolanos de Anzoátegui y Monagas, ambos ubicados en el este y ricos en petróleo.
Cuba acogerá el viernes una cumbre extraordinaria del G77+China, integrado por más de un centenar de países de Asia, África y América Latina, que tiene como objetivo promover un nuevo orden internacional menos "injusto".
