TESTIMONIOS
Sublime lección de conformidad con el dolor
Una vieja tradición no interrumpida entre nosotros es hacer una charla en estos días de la Semana Santa sobre algún pasaje del Evangelio referente a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Una vieja tradición no interrumpida entre nosotros es hacer una charla en estos días de la Semana Santa sobre algún pasaje del Evangelio referente a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Ser cristiano católico no basta con ir a la iglesia los domingos o “cuando nos nace” y medio hojear la Biblia algunas veces durante nuestra existencia. Ser católico cristiano es un modo de ser, un estilo de vida a ejemplo de Jesús; es una continuidad del amor.
San Pío V, papa, de la Orden de Predicadores, que, elevado a la sede de Pedro, se esforzó con gran piedad y tesón apostólico en poner en práctica los decretos del Concilio de Trento acerca del culto divino, la doctrina cristiana y la disciplina eclesiástica, promoviendo la propagación de la fe.
Ser cristiano, es creer en la resurrección de Cristo. No somos cristianos por el hecho de creer en la cruz, en el sufrimiento y en la muerte. Somos cristianos porque creemos en la resurrección, en la liberación, en la vida y en la alegría.
Confiar en Dios requiere, de cada uno de nosotros, que nos pongamos en sus manos. Esta confianza en Dios, base de la conversión del corazón, requiere que auténticamente estemos dispuestos a soltarnos en Él.
Virgen y doctora de la Iglesia, que habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado y trabajó también enérgica e incansablemente por la paz.
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como Maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que Tú haces, si Dios no está con Él».
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Nunca nadie profetizó su propio retorno a la vida terrena. Menos todavía, ocurrió que alguien obrase por su propio poder ese milagro tan encima de la naturaleza creada.
El deseo de conocer lo que está más allá de las apariencias materiales lleva al hombre, como un todo, con todas sus capacidades e inclinaciones, a la búsqueda de un Ser Superior capaz de crear y sustentar todas las cosas, siendo, por tanto, Causa y explicación de todo.
En Roma, conmemoración de san Cleto, papa, el segundo que rigió la Iglesia Romana después de san Pedro. († 88) En el martirologio anterior se lo recordaba el 13 de julio.
Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿han pescado algo?». Ellos contestaron: No. Entonces Él les dijo: «Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces». Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
La humanidad, desde todos los siglos, ha acuñado el concepto de lo sagrado entorno a esa magnificencia divina, digna de respeto y veneración. Lo sagrado es lo que merece el respeto de los hombres ante algo que no llega a comprender y, por tanto, es misterioso para la mente.
Debemos evitar ser católicos cristianos por simple costumbre (rutina), tradición familiar, herencia, o por imposición. La religión católica no se debe vivir por simple costumbre, como una tradición familiar, como una sucesión de posesiones materiales (herencia), o lo que es peor…por imposición.
Vivimos y nos esforzamos durante pocos o muchos años, y luego morimos. Esta vida, bien lo sabemos, es un tiempo de prueba y de lucha; es el terreno de pruebas de la eternidad.La felicidad del cielo consiste esencialmente en la plenitud del amor.
«Este insigne apóstol de América central, sabio en misericordia, se ocupó especialmente de los desheredados, aunque derramó su caridad sobre todos. Un hombre de tanta ternura en su trato que fue denominado madre de Guatemala»
Evangelista. Fiesta de san Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su hijo. Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: - «Paz a vosotros.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma.
Pero la Resurrección superaba totalmente a los apóstoles. Tras la Transfiguración les dices que "a nadie contasen lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. Ellos retuvieron estas palabras, discutiendo entre sí qué era lo de resucitar de entre los muertos."