MUY OPORTUNO
La soledad moral
«Aquel chico –contaba el profesor Robert Coles– tenía quince años, le iban muy mal los estudios, y solía pasar horas y horas en su habitación escuchando música con la puerta cerrada.
«Aquel chico –contaba el profesor Robert Coles– tenía quince años, le iban muy mal los estudios, y solía pasar horas y horas en su habitación escuchando música con la puerta cerrada.
Esta hermosa frase, tiene tanto de larga como de ancha. Puede ser tan sana como dañina. Hace parte del diccionario relativista más común de nuestros tiempos y debemos desmenuzarla tratando de comprender su significado, para bien de nuestras convicciones.
"En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".
Si no hay una integridad personal profunda y un carácter bien formado, tarde o temprano los desafíos de la vida sacan a la superficie los verdaderos motivos, y el fracaso de las relaciones humanas
En una entrevista a la multimillonaria Barbara Hutton, un periodista se dirigió a ella comenzando con la típica frase hecha: «Aunque sabemos que el dinero no da la felicidad, díganos, por favor...». La entrevistada no le dejó terminar: «Oiga, joven, ¿pero quien le ha dicho a usted esa tontería?».
Anacleto González Flores, el beato mártir mexicano por defender su Fe durante la persecución religiosa de los años veinte en México, ha sido nombrado como patrono de los laicos mexicanos, y esto ha sido oportunidad recordar su imagen y su papel en la Asociación Católica de la Juventud Mexicana.
Aparte de otras cosas personales, le pide la Virgen que se grabe una medalla con su imagen en la que aparezcan unos haces de gracia que se derraman desde sus manos para bien de los hombres. Luego, esa medalla ha de difundirse por el mundo. Es el comienzo de la Medalla Milagrosa.
La Virgen miró a Santa Catalina y le dijo: “este globo que ves representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden”.
En la vida hay momentos donde uno es el protagonista que decide, que actúa, que pone en marcha procesos que luego le configuran y configuran a otros.
En 1976 el cardenal Karol Wojtyla predicó los ejercicios espirituales al beato Papa Pablo VI y a sus más directos colaboradores. Se publicaron, éstos, bajo el título Signo de contradicción.
Jacobo ocupó una muy importante posición en la corte del emperador persa Izdegerd y en la de su sucesor Barakhranes. En una de las campañas militares, seducido por la beneficencia del emperador, tuvo miedo de negar su fe en Cristo y de tener que ofrecer sacrificios a los ídolos y al emperador.
Es un tema que vale la pena tener presente y que se expresa en la famosa pregunta sobre quién vigila al vigilante .
En algún momento, que ya no recordaba, entré a aquella profunda caverna atravesada por un enigmático río de agua azulada-verdosa que brillaba reflejando la luz filtrada a través de una grieta en la montaña. Las voces del Dante resonaban en su cabeza y sus ojos buscaban las sombras de sus ancestros.
En un reciente artículo publicado en el National Catholic Register, la productora y columnista de CBS News, Marcia Segelstein, habló sobre la importancia de que los padres, y especialmente la madre, estén presentes en los primeros años de vida de un niño.
La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo.
Permíteme que te haga una confidencia personal. ¿Sabes? A mí me gusta mucho meditar sobre la muerte. Y no por ser un tipo melancólico, pesimista o lunático, ni de carácter fúnebre o taciturno. Francamente no.
Este clarividente apóstol, que vio la riqueza de los medios de comunicación social para difundir el mensaje de Cristo. Escruta lo que le rodea con una mirada penetrante, siempre atenta a los signos que Dios extiende ante sí, los lleva a la oración y procede a actuar sin dilación alguna.
Muchas veces, absortos por tantas preocupaciones e inquietudes, nos olvidamos de las cosas verdaderamente esenciales de la vida y perdemos a menudo la brújula y el sentido de nuestra existencia. Hacemos muchas cosas y nos afanamos en mil actividades sin reparar en el porqué para todo aquello.
Desde que existe la humanidad, y con ella el instinto de sociabilidad, el hombre busca paradigmas, modelos vivos o incluso ficticios que seguir.
Hoy, en todos los círculos de la iglesia oyes un lamento: Nuestras iglesias se están vaciando. Hemos perdido a nuestra juventud. Esta generación ya no conoce ni entiende el lenguaje teológico clásico. Necesitamos anunciar a Jesús de nuevo, como si fuera por primera vez.