La recesión que sufrió Brasil entre 2014 y 2016 afectó a todos los trabajadores, con más o con menos recursos. Pero, tres años después del fin de la que fue bautizada como la “peor crisis del siglo”, no cabe duda de que los efectos han quedado atrás para los primeros, pero no para los segundos.
La actividad económica brasileña cayó inesperadamente en abril, según un indicador del banco central el viernes, completando la racha más larga de baja desde la última recesión en 2016 y una clara advertencia de que la economía podría estar contrayéndose.
El impacto fiscal total de la reforma al sistema de pensiones de Brasil, vital para equilibrar las cuentas públicas y propiciar la reactivación del crecimiento económico, alcanzaría los 1,13 billones de reales, según un reporte del relator Samuel Moreira, presentado el jueves.
Sellar un acuerdo de libre comercio con el Mercosur tras 20 años de conversaciones es la principal prioridad de la Unión Europea, dijo el jueves la jefa comercial del bloque, Cecilia Malmstrom.
Los mercados mundiales de petróleo han experimentado un giro en 180 grados, pasando desde los riesgos por el lado de la oferta -como los recortes de producción de la OPEP o las sanciones de Estados Unidos contra Irán y Venezuela- a la preocupación por la desaceleración del consumo.
Los futuros del Brent, el referencial petrolero, cayeron 1 dólar, o un 1,6%, a 62,29 dólares por barril. Los futuros del crudo West Texas Intermediate de Estados Unidos, en tanto, bajaron 73 centavos, o un 1,4%, a 53,26 dólares por barril.
Los gobernadores de bancos centrales y otros reguladores financieros que se dieron cita en Fukuoka, una ciudad portuaria del sur de Japón, también señalaron los riesgos de los trastornos en la economía global en un ambiente de guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo el viernes que su gobierno consideraría una unión monetaria con Argentina, pese a que el banco central de su país negó que haya planes.
Las economías de América Latina esperan superar en el segundo trimestre el débil inicio de año, en un contexto de guerra comercial entre Estados Unidos y China que no tiene un final a la vista y que aumenta los temores a la desaceleración económica global.
Paulo Guedes, que habló en el Comité de Finanzas e Impuestos de la Cámara baja, dijo que la propuesta de pensiones de 1,237 billones de reales del gobierno fue solo el primer paso en el camino para sanear las finanzas públicas de Brasil.
El Banco Mundial ha advertido de que el crecimiento global se puede ver mermado seriamente este año por la guerra comercial. Según la última proyección de la institución, la expansión prevista es del 2,6% y que repunte solo una décima en 2020, es decir, a 2,7%.
La guerra, como el amor, es cosa de dos, pero siempre suele haber terceras partes en busca de provecho. En su vertiente comercial, los países beneficiados serán aquellos que logren entrometerse en la desgraciada pareja por medio de un doble juego.
Una desagradable oleada de recesiones e inversores que buscan protección por el aumento de la tensión política y comercial provocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazan a los mercados de América Latina.
El Gobierno brasileño registró un superávit primario fiscal de 6.640 millones de reales (1.680 millones de dólares) en abril, dijo el viernes el banco central, ligeramente por encima de los más de 6,000 millones de reales de excedentes que esperaban los economistas.
La economía brasileña retrocedió un 0,2% en el primer trimestre del año respecto a los tres últimos meses de 2018, según datos divulgados este jueves por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
La economía de Brasil se contrajo en el primer trimestre de 2019, un 0,2% respecto de los tres meses previos, informó el jueves el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el primer retroceso de la actividad desde 2016.
El dólar subió el miércoles, a pesar de que los inversores se concentraron en refugiar su dinero en bonos y oro -y en menos medida en el yen y el franco suizo- sin que se aviste un final pronto a la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Las economías de la región buscan sacudirse en el segundo trimestre de un débil inicio de año, con un telón de fondo en que la guerra comercial entre Estados Unidos y China no tiene un final a la vista, lo que aumenta los temores por la desaceleración económica global.
En una entrevista, el diputado federal Marcelo Ramos sostuvo que es poco probable que la comisión vote sobre el proyecto de ley de reforma del presidente Jair Bolsonaro antes de la primera semana de julio debido a feriados locales. Luego, el paquete irá a la Cámara de Diputados y después al Senado.
Sus mayores economías, Brasil, México y Argentina, se han contraído simultáneamente por segunda vez en poco más de tres años, lo que representa otro dolor de cabeza para las autoridades políticas.
