MENSAJERÍA
La vida entre lo activo y lo pasivo
En la vida hay momentos donde uno es el protagonista que decide, que actúa, que pone en marcha procesos que luego le configuran y configuran a otros.
En la vida hay momentos donde uno es el protagonista que decide, que actúa, que pone en marcha procesos que luego le configuran y configuran a otros.
En 1976 el cardenal Karol Wojtyla predicó los ejercicios espirituales al beato Papa Pablo VI y a sus más directos colaboradores. Se publicaron, éstos, bajo el título Signo de contradicción.
Jacobo ocupó una muy importante posición en la corte del emperador persa Izdegerd y en la de su sucesor Barakhranes. En una de las campañas militares, seducido por la beneficencia del emperador, tuvo miedo de negar su fe en Cristo y de tener que ofrecer sacrificios a los ídolos y al emperador.
Es un tema que vale la pena tener presente y que se expresa en la famosa pregunta sobre quién vigila al vigilante .
En algún momento, que ya no recordaba, entré a aquella profunda caverna atravesada por un enigmático río de agua azulada-verdosa que brillaba reflejando la luz filtrada a través de una grieta en la montaña. Las voces del Dante resonaban en su cabeza y sus ojos buscaban las sombras de sus ancestros.
En un reciente artículo publicado en el National Catholic Register, la productora y columnista de CBS News, Marcia Segelstein, habló sobre la importancia de que los padres, y especialmente la madre, estén presentes en los primeros años de vida de un niño.
La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo.
Permíteme que te haga una confidencia personal. ¿Sabes? A mí me gusta mucho meditar sobre la muerte. Y no por ser un tipo melancólico, pesimista o lunático, ni de carácter fúnebre o taciturno. Francamente no.
Este clarividente apóstol, que vio la riqueza de los medios de comunicación social para difundir el mensaje de Cristo. Escruta lo que le rodea con una mirada penetrante, siempre atenta a los signos que Dios extiende ante sí, los lleva a la oración y procede a actuar sin dilación alguna.
Muchas veces, absortos por tantas preocupaciones e inquietudes, nos olvidamos de las cosas verdaderamente esenciales de la vida y perdemos a menudo la brújula y el sentido de nuestra existencia. Hacemos muchas cosas y nos afanamos en mil actividades sin reparar en el porqué para todo aquello.
Desde que existe la humanidad, y con ella el instinto de sociabilidad, el hombre busca paradigmas, modelos vivos o incluso ficticios que seguir.
Hoy, en todos los círculos de la iglesia oyes un lamento: Nuestras iglesias se están vaciando. Hemos perdido a nuestra juventud. Esta generación ya no conoce ni entiende el lenguaje teológico clásico. Necesitamos anunciar a Jesús de nuevo, como si fuera por primera vez.
Acababa de instruir a los suyos sobre el peligro de la vanidad, del apego a las cosas materiales, de la búsqueda de la fama, y toma asiento frente al arca del Tesoro.
Lla figura de nuestra santa lleva en sí la impronta de lo recto y sublime que es dar la vida por la Verdad que con toda fortaleza se busca y una vez encontrada se posee firmemente hasta la muerte. Esto es lo que atestigua la tradición, la leyenda y el arte.
Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba».
En el último domingo del año litúrgico celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Jesús mismo se declara Rey ante Pilatos en el interrogatorio a que lo sometió cuando se lo entregaron con la acusación de que había usurpado el título de 'rey de los Judíos'. "Tu lo dices, yo soy rey.
«A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido». También los soldados se burlaban de Él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!». Había encima de él una inscripción: «Éste es el Rey de los judíos».
San Columbano, abad, irlandés de nacimiento, que por Cristo se hizo peregrino para evangelizar a las gentes de las Galias. Fundó, entre otros muchos, el monasterio de Luxeuil, que él mismo rigió con estricta observancia, y obligado después a exiliarse.
«Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Hay muchos tipos de derrotas. Algunas sencillas, cuando la comida salió mal o cuando la camisa se quemó al ser planchada. Otras mucho más serias, cuando uno pierde el trabajo por culpa de graves errores...