MUY OPORTUNO
Tres reyes, los astros y el destino de los hombres
Abraham tuvo que vivir entre caldeos supersticiosos y muy dados a explorar el espacio sideral, y está comprobado que a pesar de eso ellos hicieron descubrimientos asombrosos.
Abraham tuvo que vivir entre caldeos supersticiosos y muy dados a explorar el espacio sideral, y está comprobado que a pesar de eso ellos hicieron descubrimientos asombrosos.
La Epifanía (del griego epi-faneia: manifestación) es la primera manifestación al mundo pagano del Hijo de Dios hecho hombre, que tuvo lugar con la adoración de los Magos referida por S. Mateo 2,1-12.
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos.
Eduardo, nieto de San Eduardo llamado el Mártir, nació en 1004 en Islip, cerca de Oxford. Su padre era el rey Etelredo II, llamado el Desaconsejado. Siendo todavía niño, tuvo que emprender el camino del destierro y vivió del 1014 al 1041 en Normandía con unos familiares de su madre.
En 1809 en la diócesis de Baltimore funda el Instituto de Hermanas de la Caridad de San José, renovando la gesta de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. Dicho Instituto tiene por finalidad la formación de muchachas. Es la primera Congregación religiosa femenina en norteamérica.
El nombre de Jesús --dice Baur-- es un nombre inventado en el Cielo y traído de allí por el Ángel Gabriel, para comunicárselo a la Virgen en el instante de la Anunciación: Darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús.
Elección acertada, porque de hecho Ella es "la Virgen madre, Hija de su Hijo, humilde y más sublime que toda criatura, objeto fijado por un eterno designio de amor". Ella tiene el derecho de llamarlo "Hijo", y Él, Dios omnipotente, la llama, con toda verdad, ¡Madre!
Honramos el Nombre de Jesús no porque creamos que existe un poder intrínseco escondido en las letras que lo componen, sino porque el nombre de Jesús nos recuerda todas las bendiciones que recibimos a través de Nuestro Santo Redentor.
Si morir es cambiar de vida, de la terrena a la eterna, vale la pena pensar en ello, no evadirlo de la mente. Digamos primero que fallece un ser querido o cercano, y nos entristecemos.
Iniciar un nuevo año no debe ser únicamente acostarse por la noche para levantarse al día siguiente, ni cambiar el calendario viejo por el nuevo.
El valor del desprendimiento consiste en utilizar correctamente los recursos sin apegarse a estos e invita a poner los bienes propios al servicio de los demás. El desprendimiento ayuda al ser humano a superar el egoísmo y a salir de la esfera de cristal que ocasiona la indiferencia.
Basilio y Gregorio Nacianceno, los dos jóvenes capadocios, se asociaron con los más selectos talentos contemporáneos y, como lo dice éste último en sus escritos, “sólo conocíamos dos calles en la ciudad: la que conducía a la iglesia y la que nos llevaba a las escuelas”.
Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios.
Este año será distinto si te abres a Dios, si rompes con tu egoísmo, si empiezas a vivir no para ti mismo, sino para tantos corazones que te encontrarás este año.
El magisterio y la Tradición de la Santa Madre Iglesia nos enseña que el hombre es una creatura creada a imagen y semejanza de Dios que se distingue por su complejidad.
Mientras Goethe se moría clamando "luz, más luz", Jesús había afirmado con solemnidad: "Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
El largo pontificado de San Silvestre transcurrió paralelo al gobierno del emperador Constantino, época muy importante para la Iglesia que acababa de salir de la clandestinidad y de las persecuciones. Fue en ese período cuando se formó una organización eclesiástica que duraría varios siglos.
Una respuesta llena de fe a las supersticiones y ritos con las muchos inician el año. Una de las cosas más divertidas de la despedida del año viejo –o el recibimiento del nuevo, depende de cómo se mire– es ver la cantidad de rituales que hace la gente.
¿Qué ocurrió después de que Madre Teresa diera su «sí» a la inspiración divina que la llamaba a dejar todo para ponerse al servicio de los más pobres entre los pobres?
El tiempo pasa volando. Han pasado ya las penas y las alegrías. De ellas sólo quedan el mérito de haber sufrido con espíritu sobrenatural, y de haber agradecido a Dios las satisfacciones. El pasado deja huella en la biografía que Dios tiene de mí.