Violentas tormentas eléctricas y vientos huracanados dejaron al menos siete muertos el jueves en Francia e Italia, arrancaron árboles desde sus raíces en la Toscana y en la isla francesa de Córcega y desprendieron fragmentos de ladrillo del famoso campanario de San Marcos en Venecia.
Peritos y forenses cubanos concluyeron la recolección de restos óseos que presumiblemente son de los 14 bomberos desaparecidos este mes en un enorme incendio en un área de almacenamiento de combustible, pero les fue imposible identificar a quién pertenecen.
Una violenta tormenta azotó la isla francesa de Córcega el jueves por la mañana, dejando tres muertos y una decena de heridos, informaron las autoridades locales.
Más de 70 personas murieron y 14,500 viviendas quedaron destruidas por lluvias e inundaciones estacionales en Sudán, según dijeron el jueves las autoridades.
Durante un acto de reconocimiento a los equipos que apoyaron a Cuba durante la extinción del incendio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó al ministerio de Petróleo y a la estatal Petróleos de Venezuela a “establecer comunicación” para iniciar la reconstrucción de la base siniestrada.
Siete personas murieron en un torrente de agua que se abatió río abajo en un popular lugar de ocio tras las lluvias en zonas de montaña en el suroeste de China, según dijeron las autoridades el domingo.
Los palestinos realizaron un funeral el viernes para un miliciano que murió de las heridas sufridas con los tres días de enfrentamientos entre Israel y las milicias gazatíes el fin de semana pasado.
Las viviendas se habían mantenido en pie durante siglos, pero las intensas lluvias de esta temporada han sido demasiado para las emblemáticas estructuras. Ahora los ladrillos y las vigas de madera forman enormes montones de escombros entre las estructuras que siguen en pie.
El llamado McKinney, que arde en el Bosque Nacional Klamath cerca de la frontera con el estado de Oregón, es el incendio forestal más grande de California en lo que va del año, aunque sigue siendo mucho más pequeño que el Incendio Dixie del año pasado, que quemó casi 405,000 hectáreas.
Rescatistas hallaron los dos muertos el lunes en dos residencias distintas a lo largo de la Carretera Estatal 96, una de las pocas vías de acceso a la zona limítrofe con Oregon, informó en un comunicado el Departamento de Policía del condado Siskiyou.
Las llamas y el humo tiñeron de naranja y marrón el cielo sobre un vecindario donde una chimenea se erguía entre los escombros y los vehículos calcinados el domingo. Las llamas cubrían los árboles por la Carretera Estatal 96 y se adentraban a las colinas, no muy lejos de varias casas.
En una mañana nublada en el centro de Hindman, a unos 322 kilómetros (200 millas) al sureste de Louisville, un equipo limpiaba los escombros apilados en los escaparates. Cerca de allí, un vehículo se encontraba en el arroyo Troublesome Creek, que había vuelto a su cauce lleno de escombros.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, tuiteó el jueves por la noche que el número de muertos en el estado debido a las inundaciones había aumentado a ocho. Pidió que se siga orando por la región, la cual se prepara para recibir más lluvias.
Un potente sismo que causó deslaves y daños en edificios en el norte de Filipinas el miércoles, dejó al menos cuatro muertos y docenas de heridos. En la capital, Manila, los pacientes de un hospital fueron evacuados y la gente salió corriendo aterrorizada al exterior.
El ejército de Israel derribó el martes de las viviendas de dos palestinos sospechosos de matar a un guardia de seguridad israelí en un asentamiento en Cisjordania en abril.
El número de muertos a causa de un accidente de autobús en el centro de Kenia aumentó a 30, informó la policía el lunes.
“La ola de calor extremo del martes fue una advertencia de lo que enfrentaremos con el colapso del clima: Miles de muertes, casas destruidas en incendios forestales y servicios de emergencia abrumados al límite”. “No estamos preparados para el calor extremo y sin duda seguirá empeorando”.
Si bien los musulmanes de cualquier nacionalidad y origen pueden ingresar a La Meca, los no musulmanes no pueden entrar porque se requiere un código de conducta y comportamiento muy específico para las personas dentro de sus límites, incluyendo formas de modestia, limpieza ritual y oraciones.
Cada año, gran parte de Pakistán sufre el azote de los monzones y la respuesta del gobierno ha sido fuertemente criticada. La temporada se extiende de julio a septiembre. Las lluvias son esenciales para el riego de las cosechas y para las reservas de agua en el país.
El número de muertos luego de cinco semanas de lluvias monzónicas e inundaciones repentinas en Pakistán aumentó el jueves a por lo menos 282, informaron las autoridades, mientras las últimas precipitaciones continuaban azotando al empobrecido país asiático.
