Aviones rusos y sirios han reanudado este domingo intensos bombardeos en Idlib y Hama, según han informado residentes y equipos de rescate, mientras Damasco intensifica su asalto contra el último gran bastión en manos de los rebeldes.
El conflicto en Afganistán causó más de 200 mil desplazados internos en lo que va de año, informó hoy la sede aquí de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Algo menos de dos millones de iraquíes continúan desplazados de sus hogares, lo que constituye la cifra más baja de desplazamientos desde noviembre de 2014, en pleno éxodo en el país por la ofensiva del grupo terrorista Estado Islámico, según los datos publicados por OIM.
Por tierra, el gobierno sirio está congregando a miles de conscriptos para apuntalar sus mermadas fuerzas. Por mar, una flotilla naval rusa espera cerca de la costa, lista para intervenir con una formidable potencia de fuego.
La misión de la ONU en Libia dijo a última hora del martes que las milicias en guerra habían acordado un alto el fuego, pero no estaba claro si la violencia había terminado.
El tuit del Presidente de EU ha caído en saco roto. Al poco de que Donald Trump alertase a su homólogo sirio Bashar Asad, a Rusia y a Irán en contra de "atacar impunemente" la provincia de Idlib, cometiendo "un grave error humanitario".
La desesperación en que viven los más 2,5 millones de personas que se encuentran en la provincia siria de Idlib, último bastión de los rebeldes, si se produce un asalto militar a gran escala por parte de las fuerzas gubernamentales y sus aliados, podría convertirse en "miseria".
El ministro de Relaciones Exteriores iraní dijo el lunes que hay que "limpiar" de insurgentes la provincia siria de Idlib, en momentos en que prepara conversaciones entre Irán, Siria y Rusia para enfrentarse al último gran bastión de poder de los rebeldes opositores al presidente Bashar al-Assad.
Los gobiernos de Rusia e Irán han respaldado este lunes el derecho de Siria a lanzar una ofensiva en la provincia de Idlib para liquidar a los "terroristas" presentes en esta zona, situada en el noroeste del país.
"Tenemos que salir del sillón y abrir la boca", apuntó Heiko Maas en una entrevista con el semanario Bild am Sonntag. "A nuestra generación se le dio libertad, un estado de derecho y la democracia como regalo. Nosotros no tuvimos que luchar por ella; (ahora) lo estamos dando demasiado por sentado".
Combatientes opositores sirios destruyeron puentes que conectan áreas bajo su control con territorios en poder del gobierno en el noroeste de Siria, en un intento por frenar una anticipada ofensiva militar contra su último bastión en el país, dijeron activistas y grupos que monitorean la guerra.
En una calle del centro de Chemnitz, una joven sonriente reparte dulces a los viandantes. Su nombre es Isabelle y, al contrario que la mayoría de los vecinos de esta ciudad sajona convertida por sorpresa en el foco mediático de Alemania, atiende con gusto a la prensa.
De Mistura presentó su propuesta mientras Rusia, el aliado militar más poderoso del presidente Bashar Assad, anunció la realización de maniobras militares en el mar Mediterráneo, en medio de un incremento de las tensiones por el control de ese enclave.
La coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen pudo apelar a "crímenes de guerra", además de distintas "violaciones a los derechos humanos", desde 2015, para ayudar a controlar a los rebeldes hutíes.
La muerte de Daniel H. en una reyerta presuntamente con extranjeros ha prendido una llama que amenaza con propagarse en un denso clima de xenofobia. Alemania se encuentra en estado de shock desde que el domingo grupos de neonazis tomaran las calles de Chemnitz, en el este del país.
Un informe de un grupo de investigadores de Naciones Unidas redactado en base a cientos de entrevistas de testigos de la brutal ofensiva que lanzó el ejército de Birmania contra la minoría musulmana Rohingya el verano pasado ha acusado a los militares de genocidio y crímenes contra la humanidad.
Miles de rohinyás protestaron hoy en los campamentos de refugiados para pedir justicia por el "genocidio" que comenzó hace un año en Birmania (Myanmar) y empujó a más de 700,000 de ellos a buscar refugio en Bangladesh, donde permanecen atrapados sin saber qué les deparará el futuro.
Mañana se cumple un año del comienzo del éxodo a Bangladesh de 700,000 miembros de la minoría rohinyá para escapar de la violencia de las fuerzas de seguridad en el estado de Rakáin, en el oeste de Birmania (Myanmar).
El inicio de la campaña militar en Birmania (Myanmar) que desencadenó el éxodo de 700,000 miembros de la minoría rohinyá hacia Bangladesh cumplirá mañana un año, sin que se den aún las condiciones para que comience el ansiado retorno de los refugiados a territorio birmano con plenos derechos.
Los musulmanes rohinyás viven encerrados en campos de desplazados o incomunicados en aldeas en Birmania (Myanmar), casi un año después de la campaña militar que provocó el éxodo a Bangladesh de unas 700,000 personas de esta minoría apátrida.
