REFLEXIONES
El camino del seguimiento de Jesús está lleno de dificultades
El dolor –pequeño o grande-, aceptado y ofrecido al Señor, produce paz y serenidad; cuando no se acepta, el alma queda desentonada y rebelde, y se manifiesta en forma de tristeza y mal humor. La esperanza del Cielo es una fuente inagotable de paciencia y energía para el momento del sufrimiento.