ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Guaidó conduce a Venezuela por una difícil encrucijada
Las llamadas de los líderes del mundo se estaban acumulando. El primer ministro de Dinamarca estaba tratando de comunicarse con él, al igual que Justin Trudeau.
Las llamadas de los líderes del mundo se estaban acumulando. El primer ministro de Dinamarca estaba tratando de comunicarse con él, al igual que Justin Trudeau.
La discusión sobre la legalidad o no del juramento de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela es inútil. El conflicto, en estos momentos, no se basa en la interpretación de una ley.
Venezuela regresó el jueves a un aparente estado de normalidad después de las marchas opositoras que el día anterior movilizaron a cientos de miles de personas y el comienzo de un proceso de transición proclamado por el anuncio de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional.
Venezuela regresó el jueves a un aparente estado de normalidad después de las marchas opositoras que el día anterior movilizaron a cientos de miles de personas y el comienzo de un proceso de transición proclamado por el anuncio de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional.
De momento, la economía estadounidense resiste el pulso entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los líderes demócratas del Congreso, Nancy Pelosi, portavoz de la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado.
Lo dijo Steve Bannon, su siniestro ex asesor, Donald Trump en esencia es “un mal padre, un marido terrible, el novio que te jode la vida, por el que has desperdiciado tu juventud y que luego te deja. Ese jefe horrible que siempre te agarra el coño y te menosprecia”.
Si alguien en Francia está deseando que acabe 2018 probablemente sea el presidente francés, Emmanuel Macron. 2018 ha sido su annus horribilis.
En mayo de 2017 Robert Mueller, abogado y director del FBI entre 2001 y 2013, fue nombrado asesor especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos para supervisar la investigación sobre "cualquier vínculo y/o coordinación entre el Gobierno ruso y personas asociadas con la campaña de Trump.
Donald Trump se aproxima al ecuador de su mandato más envalentonado que nunca, desoyendo a sus generales y asesores en materia militar y sumiendo a las potencias aliadas en un escenario de total incertidumbre.
La prensa y la oposición pedían explicaciones por haber mantenido a un colaborador poco recomendable. La reacción de Macron fue chulesca y desafiante. Que fuesen a buscarle, decía. "Y vienen", apostillaba esta semana en su columna Laurent Joffrin, director de Libération.
Tuvieron que pasar 17 días desde que el expresidente Alan García ingresó a escondidas en la embajada de Uruguay para pedir asilo diplomático, hasta que el gobierno de Tabaré Vásquez anunció que se lo negaba.
El movimiento de los chalecos amarillos empezó como una reivindicación contra la subida del combustible. Ha derivado en una revuelta en la que cristaliza el hartazgo de las clases medias empobrecidas. El precio del combustible fue el detonante.
Siempre hay problemas con las declaraciones de criminales, que suelen escupir acusaciones como resultado de los acuerdos fuera de la corte con las Fiscalías, aprovechando que es el acusado quien debe probar su inocencia, no el acusador probar su dicho.
La frustración de parte de la opinión pública ante una nueva matanza de estas características alcanzó al propio Barack Obama, que llegó a insinuar una vez más, y de nuevo laxamente, la necesidad de un control de armas más férreo.
Entre la muerte del jefe del cártel de Medellín, Pablo Escobar, y el juicio de la figura más emblemática del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, hay un cuarto de siglo en donde lo único que ha cambiado ha sido el escenario de la guerra al narcotráfico impulsada por Estados Unidos.
Antes de las elecciones presidenciales en Brasil, Peter Rooker pasó trabajos para encontrar un candidato al que respaldar entre los 13 en la contienda. De algo estaba seguro: No votaría por el ultraderechista Jair Bolsonaro ni por Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores.
Desde hace meses, el gobierno de Donald Trump y sus escándalos traen un olorcillo a Watergate que invita a la comparación con los personajes y delitos de la época de Richard Nixon, pero esta semana la historia no se limitó a una repetición: salió del basural hecha carne nuevamente.
La presidencia de Donald Trump aún no ha alcanzado dos años, pero parece que hemos estado atrapados en su desordenada órbita tanto tiempo como la tripulación de la nave espacial Nostromo en Alien, el famoso filme de Ridley Scott.
Ocurrió en uno de los seminarios más prestigiosos del país, hace dos semanas. Una nutrida representación del clero local más reaccionario se reunía bajo eslóganes como "encuentro por la justicia económica" y "la comunidad clerical en solidaridad con el pueblo".
La gravedad de las acusaciones contra Donald Trump y sobre la estrategia desarrollada por este para llegar a la Casa Blanca aumenta día a día tanto por la calificación legal de los hechos como por la relevancia en la trama de quienes las desvelan.