ECOLOGÍA
El guardián de la Antártida
Es noche cerrada y la oscuridad es casi absoluta en el puente de mando del rompehielos Almirante Irizar. Quienes llevan el rumbo se adivinan entre sombras, en una coreografía de voces heredada de antiguas travesías. Fuera sopla un viento suave y casi no hay olas.