Aunque solo en una ocasión Argentina ha sido capaz de ganar a Países Bajos en los nueve duelos que han dirimido a lo largo de la historia, al margen quedan los resueltos en tandas de penaltis, es el combinado sudamericano el que con mejor cara afronta el duelo del próximo viernes.
Parafraseando el texto, se puede escribir debajo del legado de Leo Messi algo similar. Llora el hincha culé y cualquier aficionado que le guste el fútbol de verdad. Sólo advenedizos y paracaidistas de nuevo cuño en el mundo del fútbol pueden alegrarse del adiós de Leo Messi del fútbol español.
La pelea duró unos 10 minutos y tuvieron que intervenir tanto guardias de seguridad como agentes de policía hasta que finalmente los jugadores enfilaron el túnel de vestuarios. “No han sabido perder”, dijo Clemente posteriormente en la sala de prensa culpando a los jugadores del Barça.
También se refirió a las polémicas que surgieron tras su muerte a raíz de los últimos cuidados que recibió, y que la Justicia investiga en una causa que tiene como principales sospechosos al que fuera jefe de su equipo médico, Leopoldo Luque, y la psiquiatra Agustina Cosachov.
Entrenamientos con Piedra, papel o tijera, frases con picante para descorchar lo mejor de sus jugadores y algún que otro taco entremezclado con buen humor. Javier Aguirre (Ciudad de México, México; 61 años), técnico del Leganés, tiene su fórmula para sacar a los equipos del atolladero...
Como el Fausto, de Goethe, la final de la Copa Libertadores tuvo su prólogo en el cielo. Por última vez el torneo se iba a decidir a visita recíproca y por primera vez reuniría a los archirrivales de Argentina: Boca Juniors y River Plate.
El entrenador campeón del mundo con Argentina en 1978, César Luis Menotti, sostuvo este jueves que "el fútbol argentino está en una situación catastrófica" y que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, "no está bien aconsejado".
"Los que creen que el deporte no tiene nada que ver con la política o no saben nada de deporte o no saben de política", es una frase que hace tiempo me dijo Gerardo Caetano, exfutbolista y hoy destacado historiador uruguayo.
