VUELTA AL MUNDO
Reflexiones sobre la contención
La contención era una teoría extraordinaria: práctica e idealista al mismo tiempo, profunda en su evaluación de las motivaciones soviéticas, pero curiosamente abstracta en sus recomendaciones.
La contención era una teoría extraordinaria: práctica e idealista al mismo tiempo, profunda en su evaluación de las motivaciones soviéticas, pero curiosamente abstracta en sus recomendaciones.
Tras más de un siglo del reparto de esferas de influencia entre Londres y París acordado en 1916, se renueva el debate sobre la artificialidad de un Oriente Medio compuesto por 'tribus con banderas' confinadas en un mapa que cada vez tiene menos sentido.
Combinado con la anexión ilegal de territorio ucraniano, es probable que los contornos de cualquier acuerdo negociado sean solo parciales. Por tanto, resulta muy difícil imaginar la aparición de un nuevo orden de seguridad paneuropeo con normas de conducta consensuadas.
Naciones en todo el mundo rindieron homenaje con minutos de silencio y ceremonias solemnes a sus soldados caídos en la I Guerra Mundial y desde entonces, en un Día del Armisticio perforado por los estruendos de la guerra de Rusia en Ucrania, que muestran lo elusivo de la paz.
Xi parece haber asumido el sentido del tiempo occidental, dominado por el cortoplacismo, y busca que la ambiciosa meta de volver a ser el Imperio del Centro se materialice bajo su mandato. El tiempo dirá. Pero no parece correr a favor del nuevo emperador.
Shinzo Abe, el primer ministro japonés que más tiempo ocupó el cargo, quien se comprometió con la misión política de erradicar los fantasmas bélicos del pasado de su país pero no logró restaurar a Japón como una potencia militar normalizada, fue asesinado el viernes en la ciudad de Nara.
Echemos la vista sólo unas décadas atrás. El final de la Primera Guerra Mundial representó el hundimiento del Imperio Otomano y la creación de estados-nación con fronteras muy favorables a las potencias vencedoras (Francia e Inglaterra), que fueron quienes las diseñaron.
La respuesta es simple: todo el mundo desarrollado está experimentando el fin de los sistemas de partidos estables que fueron diseñados para responder las preguntas políticas planteadas por el fin de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
“Hay que prestar mucha atención a la historia de la India, que cantó victoria hace solo unas semanas y se han visto azotados por una ola espantosa”, avisa el epidemiólogo Flahault. “Demasiadas veces, en esta pandemia, hemos considerado que lo que ocurría en el extranjero no sucedería en Europa”.
La inestabilidad creada por la forma de cerrar el conflicto de nuevo, con una grave irresponsabilidad– generó, en apenas dos décadas, una dinámica política autodestructiva que culmina en la agresión revanchista e irracional de la Alemania hitleriana y las ambiciones imperialistas de la URSS.
Uno de los rasgos atribuidos por el filósofo estadounidense Fredric Jameson a la posmodernidad, entendida como lógica cultural del capitalismo tardío, es la crisis del pensamiento histórico, o en otros términos, la creciente incapacidad para entender los procesos sociopolíticos históricamente.
El 25 de octubre, los chilenos votarán para rechazar o aprobar el comienzo de la creación de una nueva constitución. Los ciudadanos de más países deberían hacer lo mismo. La actual Constitución chilena, escrita durante el régimen autoritario del dictador Augusto Pinochet, ha protegido intereses...
Contagio mundial, la peor crisis económica desde la Gran Depresión y un planeta que se calienta, sin mencionar el asunto del hambre, las crecientes legiones de refugiados, el bombardeo xenófobo de los caudillos y una nueva guerra fría entre Estados Unidos y China.
El martes, el jefe de Gobierno, Mijaíl Mishustin, presentó al presidente su plan anticrisis hasta finales de 2021. El documento, que no ha sido publicado, consta de 500 medidas y supone un desembolso presupuestario de unos 65,000 millones de euros o el equivalente al 4,5% del PIB ruso de 2019.
Sudamérica se está desmoronando. La rebelión popular en Chile —un país percibido por buena parte de sus vecinos como un ejemplo de éxito basado en el buen comportamiento— es solo el caso más extremo del descontento manifiesto (o a punto de estarlo) en casi todos los países de Sudamérica.
Hace un siglo, y a pesar de que la Gran Guerra había terminado en 1918, Europa seguía inundada de sangre. Un torbellino de pura violencia recorría impertérrito el continente, alimentado por la furia de destrucción que se inició en los frentes, seguramente ya en 1912 con las primeras escaramuzas...
La “hora de Europa” no llegó con la guerra de Bosnia. Pero la indecisión norteamericana entre 1990 y 1992 no hizo sino retrasar una acción común frente a ese primer desafío a su seguridad en la posguerra fría.
Si no fuera un cliché, habría que comenzar este resumen de prensa diciendo que el silencio ha sido atronador. Pero el cliché, en periodismo, está por desgracia tan visto como la respuesta de los periodistas al inexistente escándalo del Russiagate.
Ucranianos y rusos parecen moverse en escalas de tiempo distintas. En Kiev la gente lleva semanas repasando la lista de 39 candidatos -un récord- para ver si se deshacen o no dePetro Poroshenko, que es presidente desde 2014.
Mi comentario se refiere, en esta ocasión, a los políticos que se ostentan como demócratas, pero en realidad son unos ambiciosos, ególatras, obsesionados con el ejercicio del poder, usando en su provecho, sin el menor escrúpulo, los mecanismos de la democracia liberal.