Lo que importa es glorificar
"No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, a vuestro nombre, entretanto, toda la gloria", canta el Salmista, sintetizando, en pocas palabras, el deseo que anima el corazón de los justos. Ninguna otra señal es tan reveladora de la santidad de alguien cuanto ese infatigable deseo de dirigir a Dios.