Haber estado al borde de la muerte en el desierto de Arizona hace un año y que pronto habrá más presencia policial en el sur de México no disuadirán al guatemalteco Francisco Pérez de intentar nuevamente migrar a Estados Unidos.
El intento del presidente de México, Andrés López Obrador, de convertir en una "fiesta de unidad" el acuerdo alcanzado para evitar que su par estadounidense, Donald Trump, le impusiera a su país aranceles se vio ensombrecido por las críticas de uno de sus principales aliados.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard señaló el lunes que no existen acuerdos secretos entre México y Estados Unidos y que lo único a lo que se comprometieron ambos gobiernos es a evaluar el acuerdo en 45 días y volver a negociar si el flujo de migrantes no disminuye.
En el pequeño albergue Juventud 2000 de Tijuana, un hondureño expresó el domingo su decepción con el reciente acuerdo entre México y Estados Unidos para combatir de manera más agresiva la inmigración de centroamericanos.
Domingo de cielo azul en Tijuana. Poco tráfico. Camionetas suburban esperan la fila del valet parking en decenas de restaurantes de la zona río, calles y avenidas de hoteles y comederos nice. Los pájaros cantan, el runrún de motores potentes convive con el aroma del café y las tortillas fritas.
Aunque Washington y México celebraban cada uno su victoria por un acuerdo que disipó la amenaza de aranceles, falta ver qué tan efectivo será, y expertos en migración plantearon inquietudes sobre lo que podría implicar para las personas que huyen de la violencia y la pobreza en Centroamérica.
Organizaciones civiles cuestionar la decisión del gobierno de enviar 6,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera sur, para contener el flujo migratorio bajo el argumento de que "militarizará" la zona. "México no debe dejar que las vidas humanas se utilice como moneda de cambio con los EU".
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció el sábado su disposición de colaborar con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y cumplir puntualmente con los compromisos adoptados en el acuerdo migratorio alcanzado entre ambas naciones.
La presión de Donald Trump contra México en materia migratoria dio señales este jueves de estar surtiendo efecto. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a reforzar la frontera sur del país después de dos días de negociaciones.
Unos 2,100 infantes de Marina y efectivos del Ejército se encuentran desplegados en la frontera con México, así como 1,900 miembros de la Guardia Nacional enviados por gobernadores de diversos estados del país.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a reforzar la frontera sur del país después de dos días de negociaciones con el fin de evitar la entrada en vigor del nuevo arancel anunciado por Washington para el próximo lunes.
Comida podrida, baños en mal estado y ciertas prácticas del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en los centros de detención para migrantes podrían violar los derechos de las personas ahí recluidas, informó el jueves el órgano de control interno de la dependencia.
El gobierno mexicano reforzó su control fronterizo en medio de las acusaciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump de negarse a frenar el alud de centroamericanos que llegan a su país.
El día clave de la negociación con Washington, el Gobierno mexicano desplegó todas las fuerzas de seguridad de la región del sur de Chiapas para detener el avance de un nuevo grupo de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que se disponía a cruzar México.
La cantidad de migrantes detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México llegó en mayo a su punto más elevado en una década, y las autoridades advirtieron que no tienen fondos ni recursos para cuidar al creciente número de padres y niños que ingresan al país.
El Gobierno mexicano trazó este lunes dos líneas rojas frente a su difícil negociación con Washington sobre inmigración, a punto de desembocar en una guerra comercial.
La migración ha rebasado a México y Estados Unidos en los últimos meses. El Gobierno mexicano ha triplicado las deportaciones de migrantes centroamericanos en los primeros meses de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, al pasar de 5.717 expulsiones en diciembre de 2018 a 15.654 en mayo.
México ha permitido que Estados Unidos expulse a más de 6.748 centroamericanos a ciudades mexicanas fronterizas mientras esperan los fallos de sus peticiones de asilo. La política conocida como Permanecer en México pretende que la petición de asilo a Estados Unidos resulte menos atractiva.
Las autoridades de Estados Unidos se encuentran abrumadas por el aumento sin precedentes de familias centroamericanas que llegan a la frontera sur del país. Y por ello es que el presidente Donald Trump amenazó esta semana con imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas.
México reconoce que las instalaciones actuales no son las adecuadas para enfrentar el flujo de migrantes que llega al país por lo que el gobierno estudia reducir las estaciones migratorias, que son centros de detención de facto, y construir albergues.
