En tiempos de crisis, los líderes británicos suelen reunir al parlamento, el cuerpo que hace y destruye a los gobiernos en este país. Pero mientras el país se aproxima a su decisión más importante en décadas, el primer ministro Boris Johnson parece estar dispuesto a todo lo contrario.
Dicen los estadounidenses que si algo camina como un pato, grazna como un pato y nada como un pato, seguramente es un pato. Por mucho que Boris Johnson se empeñe en vestir con un velo de normalidad constitucional su decisión de poner fin al actual periodo de sesiones del Parlamento británico...
Boris Johnson está demostrando una determinación y una temeridad que sus principales críticos nunca previeron. El primer ministro del Reino Unido ha puesto en marcha este miércoles un mecanismo que le permite suspender durante cinco semanas, la actividad parlamentaria.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, buscó limitar las oportunidades del Parlamento para frustrar el Brexit al reducir la cantidad de tiempo que se reunirá el legislativo antes del 31 de octubre, enfureciendo a sus opositores, que lo acusan de liderar un “golpe de Estado muy británico”
Legisladores de oposición declararon el martes que trabajarán juntos para tratar de detener la salida de Gran Bretaña del bloque europeo sin un acuerdo, creando un desafío legislativo para el primer ministro Boris Johnson y su promesa de completar el divorcio para el 31 de octubre con o sin acuerdo
El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha dejado este martes de postularse para liderar un Gobierno de salvación que evitara el Brexit salvaje de Boris Johnson y ha aceptado explorar otras vías legales que puedan suscitar mayor consenso.
El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, dijo que haría todo lo necesario para evitar que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio, mientras se preparaba para reunirse con diputados de alto rango el martes con el fin de debatir la estrategia a seguir.
Veteranos legisladores británicos del oficialista Partido Conservador y de la oposición laborista mostraron su disposición a liderar un gobierno de emergencia que frene un Brexit sin acuerdo, dijo la líder de los liberales demócratas el viernes.
"En esas elecciones generales, los laboristas se comprometerían a una votación pública sobre los términos de salida de la Unión Europea, incluida una opción para permanecer (en el bloque)", ha remachado. Un Brexit desordenado, ha apuntado, sería "profundamente dañino".
Jeremy Corbyn se ha decidido finalmente a dar un paso adelante, proponiéndose a sí mismo como líder del frente antiBrexit que maniobra para evitar una salida abrupta de la Unión Europea el 31 de octubre.
Los partidos opositores británicos lanzaron campañas enfrentadas para derribar al primer ministro Boris Johnson e impedir que saque a Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo, poniendo de manifiesto las fracturas en el seno del movimiento antiBrexit y complicando sus opciones de éxito.
Downing Street insiste en que Londres dará el portazo a Europa el 31 de octubre, aunque ello exija maniobras que rozarían la inconstitucionalidad. Sus oponentes acaban de plantar cara a esa amenaza en los tribunales.
La decisión de los británicos de hace tres años de salirse de la Unión Europea fue motivada por una sensación de que el Reino Unido está fundamentalmente separado de sus vecinos continentales.
El Partido Laborista, principal grupo de la oposición en Reino Unido, debería permitir que Escocia celebre otro referéndum de independencia si el parlamento escocés así lo vota, dijo el segundo hombre más poderoso de los laboristas.
El proeuropeo Partido Liberal Demócrata logró un escaño en el Parlamento británico en detrimento de los conservadores, reduciendo la mayoría operativa del primer ministro Boris Johnson a solo un legislador en momentos en que intenta liderar al país hacia el Brexit.
Johnson ganó el martes las elecciones primarias en el Partido Conservador que comenzaron el pasado 10 de junio con una decena de aspirantes a suceder a May, quien dimitió después de tres intentos fallidos de que el Parlamento aprobara el acuerdo del Brexit negociado por Londres y Bruselas.
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, se ha sometido a su última sesión de control en el Parlamento, antes de renunciar al cargo para dar paso a Boris Johnson, y lo ha hecho protagonizando un duro choque con el líder laborista, Jeremy Corbyn, al que incluso ha animado a dimitir.
El Palacio de Buckingham dijo el miércoles que la primera ministra Theresa May presentó su renuncia a la reina Isabel II, lo que allana el camino para que asuma Boris Johnson como su sucesor.
El Partido Conservador británico ha puesto todas sus esperanzas en Boris Johnson para salir de su actual estado de ruina. El exalcalde de Londres ha vencido en las primarias tories, con el 66% de apoyo y 92.153 votos, frente a su rival, el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.
Jeremy Corbyn se ha resistido a abandonar su calculada ambigüedad sobre el Brexit, que respondía en parte a su propio historial euroescéptico, pero también a la necesidad de no soliviantar a una base tradicional de votantes que respaldaron la salida de la UE en 2016.
