El gobierno de México se movilizó con sus pares de Centroamérica para desalentar una nueva caravana de inmigrantes a la que se está convocando en redes sociales y que planea partir el próximo 2 de enero desde Honduras.
Un buque humanitario español atracó el viernes en el puerto de Algeciras, en el sur de España, desembarcando a más de 300 inmigrantes rescatados en el mar Mediterráneo hace una semana.
Desde que partió de Honduras con la esperanza de llegar a Estados Unidos, Nicolás Alonso Sánchez lleva colgado alrededor de su cuello una simple cruz de madera, un recordatorio silencioso de la fe católica que lo impulsa a seguir adelante.
El presidente Donald Trump amenazó el viernes con cerrar la frontera sur de Estados Unidos si el Congreso no acuerda habilitar los 5,000 millones de dólares necesarios para financiar el muro que prometió en el límite con México, además criticó a tres países centroamericanos por la ola de migrantes.
Durante un año, la colombiana Marnellis Muentes y sus vecinos han abierto las puertas de sus pequeñas viviendas a decenas de familias venezolanas en un barrio sobre una colina en la ciudad fronteriza de Cúcuta.
El papá de Felipe Gómez Alonzo escuchó rumores de que los padres y los niños podían cruzar la frontera de Estados Unidos para ingresar a ese país.
Las muertes de dos niños migrantes ocurridas este mes cuando estaban bajo custodia de las autoridades de Estados Unidos han aumentado el interés en la manera como el país enfrenta la oleada de familias y niños que entran al país por la frontera sur.
El gobierno de Estados Unidos mantendrá operando durante los albores de 2019 un campamento en Texas que alberga a más de 2,000 adolescentes migrantes, y también incrementará el número de camas en otro refugio temporal para niños en Florida, se informó el miércoles.
El impacto de la muerte de este niño ha sido instantáneo en el entramado burocrático que vigila la frontera con México. El pasado 8 de diciembre murió otra niña, Jakelin Ameí Caal, también de Guatemala, en circunstancias muy similares tras cruzar la frontera y también en Nuevo México.
La muerte de dos niños guatemaltecos en poco más de dos semanas generó fuertes dudas el miércoles acerca de la capacidad de las autoridades fronterizas estadounidenses para cuidar a miles de menores migrante que intentan ingresar a Estados Unidos con sus familias.
Un niño de 8 años proveniente de Guatemala falleció en la madrugada del martes mientras estaba en custodia en Estados Unidos. Es la segunda muerte de un menor detenido en la frontera con México en menos de tres semanas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha ordenado que se realicen revisiones médicas a todos los niños que están bajo su resguardo después de que un guatemalteco de 8 años muriera, siendo el segundo caso de un niño migrante que muere este mes estando bajo custodia.
El Gobierno mexicano, que llegó al poder el 1 de diciembre, saca pecho: “México es el primer país del mundo que ajusta sus políticas migratorias al pacto de la ONU”, dijo esta semana su canciller, Marcelo Ebrard.
Un niño guatemalteco de 8 años falleció el martes mientras estaba bajo resguardo de las autoridades de inmigración estadounidenses, informaron autoridades, siendo el segundo caso de un niño migrante que muere este mes estando bajo custodia federal en Estados Unidos.
Felipe González Morales, relator especial de la ONU sobre derechos humanos de los migrantes, también dijo que la familia de Jakelin Caal, perteneciente a la comunidad indígena maya, debe tener acceso a representación legal en un idioma que entienda.
Miembros de una iglesia evangélica de Arizona están llevando por primera vez a sus hogares a quienes llegan al país desde América Central en busca de asilo, respondiendo al récord de arribos de familias migrantes a la frontera entre Estados Unidos y México.
El Gobierno de México solicitará al de Estados Unidos más información sobre su intención de devolver a territorio mexicano a los migrantes con solicitudes de asilo en tanto son tramitadas, aunque las peticiones se sigan haciendo en ese país, dijo el lunes el canciller mexicano.
La decisión del gobierno de Donald Trump de hacer que los solicitantes de asilo esperen en México mientras se procesan sus casos en las atiborradas cortes de Estados Unidos fue tomada sin que se revelaran detalles cruciales, una medida que crea incertidumbre a lo largo de la frontera.
El Gobierno mexicano anunció en la víspera que autorizará, “por razones humanitarias y de manera temporal”, el ingreso de ciertos extranjeros provenientes de Estados Unidos, luego de que su vecino del norte le notificó sus planes de devolverlos a México mientras gestionan sus solicitudes de asilo.
La Corte Suprema de Estados Unidos propinó el viernes un revés al presidente Donald Trump, al negarse a permitir que su gobierno implemente nuevas reglas que prohíben el asilo a las personas que ingresan al país tras cruzar ilegalmente la frontera.
