Esta tercera estimación del Gobierno, ligeramente por encima de lo esperado por los analistas, muestra un fuerte repunte del consumo al final del año del 4 %, un aumento que se debió principalmente a mayores desembolsos en servicios de transporte, como viajes en avión y envíos de paquetes.
Los mercados ahora están a la espera de que Estados Unidos publique una lista de productos chinos que podrían caer bajo aranceles adicionales, después de que una investigación del país norteamericano encontró responsable a China de robo de propiedad intelectual y prácticas comerciales injustas.
Sus comentarios fueron la primera confirmación del Gobierno del presidente Donald Trump de que las partes habían llegado a un trato en conversaciones comerciales, que revisaron el Acuerdo Comercial de Corea del Sur y una exención a nuevos aranceles a metales de Estados Unidos.
La sección 301 del Acta de Comercio de 1974 permite al presidente estadounidense tomar medidas, incluso de represalia, si se descubren, a través de una investigación, prácticas comerciales de países que obstaculicen o impidan el comercio estadounidense o que sean irracionales o discriminatorias.
Aunque no están disponibles los detalles sobre los renglones más afectados, el gobierno de Beijing considera establecer un alza de 25 por ciento a las importaciones de aluminio y carne de cerdo, un monto similar al que la Casa Blanca le impuso al gigante asiático en el acero.
El Gobierno de Trump ya ha sido acusado por varios países de crear una crisis en la OMC al bloquear la designación de jueces comerciales y al citar la seguridad nacional -algo tradicionalmente tabú en la entidad- para justificar aranceles mundiales sobre el acero y el aluminio.
Mnuchin argumentó que esta herramienta de veto daría a Trump el poder de negociación necesario sobre los congresistas demócratas en caso de que en el próximo presupuesto pongan trabas para financiar el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés), como hicieron esta semana.
Pese a amenazas de represalias por parte de China a los planes de EU de imponer aranceles por hasta 60,000 millones de dólares a productos chinos, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, dijo que el presidente Donald Trump no piensa dar marcha atrás y no lo preocupa una guerra comercial.
Los aranceles a las importaciones de acero y aluminio impuestos por Donald Trump enfrentaban el viernes una serie de críticas en una reunión de la Organización Mundial del Comercio, luego de que la Unión Europea, Brasil, Japón y Australia se sumaron al debate iniciado por Rusia y China.
Trump planea imponer los aranceles sobre lo que su Gobierno considera como una apropiación indebida de la propiedad intelectual estadounidense. El año pasado se lanzó una investigación al respecto bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de Estados Unidos de 1974.
"Como un tema de seguridad nacional, he firmado la ley presupuestaria. Hay muchas cosas con las que no estoy feliz sobre esta ley, hay muchas cosas que no deberíamos haber incluido en esta ley", dijo Trump en una declaración a los medios que no estaba prevista en su agenda.
"China no quiere una guerra comercial, pero no le tenemos miedo en absoluto. Tenemos la confianza y la capacidad de afrontar cualquier reto", subrayó con contundencia la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying en rueda de prensa en Pekín.
Japón reaccionó así al anuncio realizado en la víspera por Trump de que impondrá aranceles a numerosas importaciones de China, lo que ha desatado el temor en Tokio a ser también objeto de estas medidas, además de a una guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales.
Estas cargas se aplicarían en etapas: en la primera se implementaría el arancel del 15 % a un total de 120 productos por valor de 977 millones de dólares (792 millones de euros), y más tarde otra tarifa más alta del 25 % a otros productos hasta 1.992 millones de dólares (1.615 millones de euros)
En una proclama presidencial emitida la noche del jueves, Trump dijo que suspendería las tarifas del acero para Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, Canadá, México y la Unión Europea hasta el 1 de mayo del 2018 en medio de las discusiones en curso.
Además del acero y el aluminio, Trump anunció este jueves un plan para grabar con 60,000 millones de dólares en aranceles a unos 1,300 productos provenientes de China y también prevé establecer restricciones a las inversiones promovidas por Pekín.
Trump planea imponer las tarifas sobre lo que su Gobierno dice que es una apropiación indebida de la propiedad intelectual estadounidense. El año pasado se lanzó una investigación al respecto bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de Estados Unidos de 1974.
Washington también denunciará presuntas violaciones de la ley de propiedad intelectual por parte de China en la Organización Mundial del Comercio, un instancia que ha provocado repetidamente la ira del gobierno, pero que podría ofrecer una resolución que evite una guerra comercial.
En el acuerdo aprobado no hay mención alguna a los jóvenes sin papeles conocidos como "dreamers" o "soñadores", amenazados de deportación por las políticas migratorias de Trump y a cuyo futuro habían condicionado los demócratas su apoyo a las cuentas.
Estados Unidos decidió eximir por el momento a México, Canadá, la Unión Europea y varios países de los aranceles al acero y al aluminio anunciados por el presidente Donald Trump, informó el Representante de Comercio, Robert Lighthizer ante el Congreso.
