Migración
Un ejército de 7,900 soldados
Unos 7,900 soldados y reservistas de la Guardia Nacional estadounidense fueron desplegados en la frontera con México en respaldo de los agentes federales que custodian la zona.
Unos 7,900 soldados y reservistas de la Guardia Nacional estadounidense fueron desplegados en la frontera con México en respaldo de los agentes federales que custodian la zona.
La caravana centroamericana de migrantes ha tocado la valla que separa a México de Estados Unidos. Un contingente de al menos 500 inmigrantes ha llegado este miércoles hasta Tijuana (Baja California) después de viajar durante casi un mes desde Honduras.
La Caravana Migrante que partió hace un mes de Honduras ha acelerado vertiginosamente su paso este miércoles, con miles de centroamericanos que pasaron la noche en autobuses sobre la carretera del desértico noroeste de México, apremiados por llegar a Estados Unidos.
Los migrantes, casi dormidos de pie, esperaron en la oscuridad que precede al amanecer para subir a las camionetas que los llevarían a la siguiente parada de su larga e impredecible marcha hacia Estados Unidos.
La Gran Central Metropolitana, la principal terminal de autobuses en la ciudad de San Pedro Sula de donde partió la caravana de migrantes que ha recorrido casi 2,000 kilómetros, es escenario de los destinos cruzados de muchos hondureños que sueñan con una vida mejor en Estados Unidos.
Por las noches, entre las docenas de personas que duermen en el suelo o en la hierba, hay unos que esperan el autobús que les llevará a la frontera con Guatemala, desde donde iniciarán el viaje a su sueño americano'.
El presidente Donald Trump ordenó el envío de elementos del ejército a la frontera con México, en respuesta a una caravana de migrantes que cruzó lentamente México hacia Estados Unidos, y que aún se encuentra a unos mil 448 kilómetros (900 millas) de distancia.
Los dos cuñados sabían perfectamente que el cruce del desierto para ingresar a Estados Unidos podía ser algo mortal. A uno de ellos se le murieron el padre en 1995 y un tío en el 2004 tratando de llegar al otro lado.
Fue tan solo la semana pasada cuando una caravana con miles de migrantes centroamericanos pasaron la noche aquí en Tapachula, al sur de México.
Al menos 2,000 migrantes salieron el miércoles de El Salvador en la segunda caravana desde el país centroamericano con rumbo a Estados Unidos huyendo de la pobreza y la violencia, pese a las amenazas del presidente Donald Trump de que no les permitirá la entrada.
Los miles de centroamericanos que avanzan lentamente por el sur de México pidieron al gobierno que los ayude a llegar a la Ciudad de México, mientras un grupo menos numeroso de migrantes cruzó la frontera posiblemente con la intención de unirse a la caravana.
Los más de 5,200 soldados que el presidente Donald Trump planea enviar a la frontera con México estarán limitados en sus acciones por una ley federal que impide al ejército realizar labores policiales en territorio estadounidense.
Cientos de centroamericanos que siguen los pasos de una enorme caravana que se dirige a Estados Unidos cruzaron el lunes un puente fronterizo e ingresaron a México desde Guatemala, desafiando la fuerte presencia de la Policía Federal desplegada en la frontera sur.
Varios miles de migrantes centroamericanos planeaban resumir su recorrido por el sur de México mientras las autoridades en ese país y en Guatemala intentaban esclarecer la muerte de un migrante el domingo en la frontera entre ambos.
Un nuevo grupo de migrantes salió el domingo de la capital de El Salvador con rumbo a Estados Unidos, inspirados en una gran caravana de centroamericanos que actualmente atraviesa territorio mexicano.
"Todos los ciudadanos se benefician cuando tenemos una frontera fuerte, hermosa", dijo Trump ante cientos de líderes conservadores negros que participaban el viernes en un evento en la Casa Blanca.
La plaza principal de Pijijiapan se transformó rápidamente en un improvisado centro médico con la llegada de miles de centroamericanos a esta ciudad del sur de México.
Conforme las largas filas de migrantes pasaban el jueves junto a su tienda de quesos en su recorrido hacia el norte, César Cabuqui estaba listo para repartir gran cantidad de emparedados de frijoles y bolsas de agua.
Debido a que no fueron informados con antelación sobre la política de tolerancia cero, los funcionarios del Departamento de Seguridad Interna no tomaron medidas para prepararse para las separaciones familiares resultantes.
En septiembre los agentes arrestaron a 16.658 "miembros de familias", un 80% más que en julio. La escandalosa cifra marcó un nuevo récord mensual desde que existen registros. En los últimos tres meses las detenciones a estos grupos constituyeron el porcentaje más alto de la historia.