NACIONAL - Población
La plomería infinita de la ciudad con 13,000 kilómetros de tubería
Cuando Bernardo Armenta abre el grifo y se sirve un vaso de agua, puede darse por satisfecho: el líquido ha llegado a casa, en vez de perderse por el camino. Tiene las manos secas y agrietadas de picar asfalto y la vista acostumbrada a adivinar el resquicio por donde se escurre el agua.