La Confederación General de Trabajadores (CGT) y el sindicato Solidaires continuaron hoy su pulso contra las políticas de Gobierno de Emmanuel Macron con un centenar de manifestaciones en toda Francia de diversos gremios que pretenden dar forma a un movimiento único de contestación social.
Los trabajadores ferroviarios y de las aerolíneas y los estudiantes franceses organizaron el miércoles otra serie de huelgas y sentadas a pesar de la insistencia del presidente, Emmanuel Macron, de que las protestas no le impedirán ejecutar sus planes de reformar la economía.
La movilización se inscribe en el llamado de los sindicatos a hacer huelga dos días de cada cinco, desde el 3 de abril hasta finales de junio, lo que significa 36 jornadas de perturbaciones en el tráfico.
En la jornada de huelga precedente, el 9 de abril, reinó el caos, con estaciones atestadas de pasajeros bloqueados y autopistas con largos atascos, que en la región de París superaron los 400 kilómetros, más del doble que en condiciones normales.
En Francia, Air France canceló el 25% de sus vuelos debido a una huelga de pilotos, personal de tierra y otros trabajadores, también en reclamo de un aumento del 6% luego de años de congelamiento salarial.
De esa forma, se repitieron, por cuarta vez en una semana, las imágenes de estaciones ferroviarias atestadas de pasajeros bloqueados, con el corolario de autopistas con largos atascos, que en la región de París superaron los 400 kilómetros, más del doble que en condiciones normales.
Alrededor del 80% de los trenes de alta velocidad no salieron el lunes en la cuarta jornada de los paros sindicales periódicos convocados para los próximos tres meses. Cerca de un cuarto de los trayectos internacionales previstos para la jornada se vieron afectados por la protesta.
La manifestación se celebró a dos días del inicio de una huelga que paralizó la red ferroviaria estatal, una muestra de que los esfuerzos de Macron para reformar la economía francesa se encuentran con una resistencia cada vez mayor.
En Gare du Nord, la estación más ajetreada de la capital francesa, las plataformas estaban tan atestadas que algunos pasajeros se cayeron a las vías, mientras que otras estaciones se quedaron a oscuras y las máquinas expendedoras de tickets no funcionaban.
Un escenario con el que las centrales esperan hacer doblegar al Gobierno, que por boca de su primer ministro, Edouard Philippe, defendió una "reforma ambiciosa" frente a un "statu quo que no es aceptable" porque cada año la compañía absorbe 14,000 millones de euros de dinero público.
Los sindicatos dicen que Macron, un antiguo banquero de inversiones de centro a quien los críticos apodaron el presidente de los ricos, está amenazando los derechos por los que lucharon los trabajadores del país y que son envidiados en otras naciones, además de dañar la idea de servicio público.
Señaló que hace un mes que abrió una negociación con los sindicatos, que debe prolongarse un mes más, y que la semana pasada hizo concesiones al retrasar la apertura a la competencia en las líneas regionales y de cercanías, al tiempo que se quejó de que "los sindicatos no se han movido".
Air France dijo que espera que aproximadamente un 75 por ciento de sus vuelos operen el martes, en el que será el primer día de una huelga que coincidirá con una paralización más amplia de los trabajadores ferroviarios y que amenaza con afectar buena parte de la red de transporte de Francia.
Muchos pasajeros cancelaron sus planes o compartían viajes en autos ante la huelga. El sistema ferroviario SNCF dijo que la protesta afectaría un 85% de los trenes de alta velocidad y un 75% de los trenes de distancia.
Los sindicatos protestan un plan del gobierno para preparar a la SNCF antes de que el servicio se abra a una competencia, y ponga fin a algunos de los beneficios de los trabajadores.
Miles de pensionistas franceses salieron hoy a las calles de París para denunciar la pérdida de poder adquisitivo del colectivo tras la subida de impuestos, justificada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en nombre de la "solidaridad intergeneracional".
Una poderosa tormenta que azotaba el viernes al noreste de Estados Unidos con vientos de hasta 129 kilómetros por horas (80 millas por hora) dejó al menos cinco personas muertas, inundó calles en Boston y obligó a suspender vuelos y servicios de ferrocarriles en la región.
"¿Si dormí? No, no pude dormir. ¿Pero cómo podría dormir bajo la nieve? El termómetro marca -4ºC, ¿Cómo es posible dormir así?", dijo la madrugada del jueves Mama Sy, vicealcaldesa de la ciudad de Etampes, en la región parisina, que lanzó esta iniciativa.
En muchos de esos puntos, incluida la región de París, las autoridades recomendaron a los conductores dejar en casa sus vehículos y utilizar el transporte público, ante las dificultades de circulación causadas por la nieve y el hielo formado sobre el asfalto.
Esto significa que se reforzó la asistencia a los sin techo, así como los equipos de auxilio rápido, los horarios de apertura y los lugares disponibles en centros de acogida. En total se crearon 5.344 puestos suplementarios en todo el país, entre ellos 1.751 en París.
